Hay un tren que viene de Namibia y Malawi
Hay un tren que viene de Zambia y Zimbabue,
Hay un tren que viene de Angola y Mozambique,
de Lesotho, de Bostuana, de Suazilandia,
del interior de África del sur y central.
Este tren lleva a jóvenes y viejos, hombres africanos
obligados a venir y a trabajar bajo contrato
en las minas de oro de Johanesburgo
y sus metrópolis circundantes, dieciséis horas o más al día
sin casi paga.
Abajo, abajo, profundo en las tripas de la tierra
cuando cavan y taladran esa piedra brillante poderosa evasiva,
o cuando sirven esa papilla mezcolanza de todo
en sus bandejas de hierro con pata de hierro.
O cuando se sientan sus barracones y hostales mugrientos,
Apestosos, llenos de pulgas.
Piensan en los suyos, a lo que puede que no vuelvan a ver
porque puede que se los hayan llevado ya a la fuerza
de donde les dejaron.
O asesinados sin razón al caer la noche
por lascivas saqueadoras bandas de quién sabe dónde,
nos dicen. Piensan en sus tierras, sus rebaños
que les han robado
a pistola, bomba, gas lacrimógeno y cañón.
Y cuando oyen ese tren chu-chu
siempre maldicen, maldicen al tren de carbón
el tren de carbón que les trajo a Johansesburgo.
Stimela [Coal Train]
There is a train that comes from Namibia and Malawi
there is a train that comes from Zambia and Zimbabwe,
There is a train that comes from Angola and Mozambique,
From Lesotho, from Botswana, from Zwaziland,
From all the hinterland of Southern and Central Africa.
This train carries young and old, African men
Who are conscripted to come and work on contract
In the golden mineral mines of Johannesburg
And its surrounding metropolis, sixteen hours or more a day
For almost no pay.
Deep, deep, deep down in the belly of the earth
When they are digging and drilling that shiny mighty evasive stone,
Or when they dish that mish mesh mush food
into their iron plates with the iron shank.
Or when they sit in their stinking, funky, filthy,
Flea-ridden barracks and hostels.
They think about the loved ones they may never see again Because they might have already been forcibly removed
From where they last left them
Or wantonly murdered in the dead of night
By roving, marauding gangs of no particular origin,
We are told. they think about their lands, their herds
That were taken away from them
With a gun, bomb, teargas and the cannon.
And when they hear that Choo-Choo train
They always curse, curse the coal train,
The coal train that brought them to Johannesburg.
Hugh Masekela
Para oír la canción
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