miércoles, 12 de abril de 2023

ADUMADARÁN

Reivindicar un estilo de pelo parecería una frivolidad si no llevara consigo toda una carga de racismo y discriminación que se remonta a la época de la esclavitud y continúa aún hoy en día. Las mujeres africanas tienen que luchar por poder ser ellas mismas, porque ser negra y mujer es tener que reivindicarse día a día. 

Adumadarán significa en la lengua Yoruba de Nigeria “la belleza de la piel negra”. “Black is beautiful”, decían los panteras negras de Norteamérica cuando luchaban por sus derechos civiles. Aún hoy, las afrodescendientes en toda América tienen que trabajarse la dignidad, el orgullo de ser negras, la belleza de su color. La cantante peruana Victoria Santa Cruz reivindicaba el negro, homenajeando a las descendientes de esclavos en su canción “Me gritaron negra”, donde dice que cuando supo “la triste verdad que aquello escondía”, empezó a sentirse “negra”, con la connotación negativa que aquello conllevaba (odió sus cabellos, sus labios y su piel). Sin embargo, un día comenzó a enorgullecerse de serlo y a comprender lo “lindo” y “rítmico” que sonaba ser “negro azabache”, dando gracias al cielo por ello.


Ana López, socióloga que escribe en el blog afrofeminas.com, se pregunta “¿Por qué te ofende mi piel?”, “Mírala bien, es profunda, inmensa como su cuna, poderosa como los ancestros que guían nuestros caminos”, es elegante y altiva, llena de orgullo y memoria, fuerte, joven, deslumbrante. No haría falta tener que hablar de un color de piel, si no fuera  porque este color ha sufrido muchos sinsabores. 

Titilope Sonuga, en su poema“Tsunami”, habla de una mujer que se lleva las miradas a su paso.


Tsunami, Titilope Sonuga, Nigeria

Mujer tsunami

caderas y muslos una avalancha

ni una delicadeza hay aquí

ni un  aleteo de pestañas

ni refinadas manos o muñecas

estos son pies hechos para escalar montañas


Ella conoce los secretos de la luna

llama al sol con su verdadero nombre

un fuego que comparten


Mira cómo se trenza el pelo

con mechones de rayos

cómo baila

como si ella hubiera creado el ritmo.


Cuando trabaja

las abejas obreras se paran para verla

Cuando se ríe

el trueno le aplaude

el viento empuja los árboles

para que se inclinen ante ella.




lunes, 3 de abril de 2023

Dinkenesh es el nombre que los habitantes de la zona de Afar dieron a la madre africana de la humanidad, la primera antecesora del ser humano cuyos restos fueron encontrados en Etiopía, el Cuerno de África, pero que, en un alarde de eurocentrismo, se denominó Lucy porque en esos momentos sonaba la canción homónima de los Beatles en la radio de la excavación. Desde Dinkenesh, las mujeres africanas se han destacado por su coraje y su tenacidad: 

Hatshepsut de Egipto, reina faraón de la 18ª dinastía, construyó templos en Tebas y los obeliscos más grandes hasta entonces vistos en Karnak. La reina de la paz, Nefertari, fue reina de los nubios, casada con Ramsés II; y la famosa Cleopatra supo hechizar a Julio César y Marco Antonio. La reina etíope de Saba sedujo y tuvo un hijo con el rey Salomón llamado Menelik I, que sería rey de Etiopía y sacaría el Arca de la Alianza de Israel para llevárselo a su reino, según la leyenda. La reina Candace de Menroe detuvo a Alejandro Magno en su avance por el Nilo. Kahina de Mauritania, líder religiosa del s. VIII, es considerada una luchadora de la libertad de su pueblo y líder de la resistencia contra la dominación de los árabes. Amina fue una reina del reino Songhai del curso medio del Níger y gobernó el imperio Hausa en el s XVI, extendiendo su estado hasta la costa atlántica, fundando ciudades y dirigiendo un ejército de 20.000 soldados. 

Las amazonas del reino de Dahomey, en Benín, un ejército de mujeres fieras e implacables, armadas con rifles, palos y cuchillos durante unos doscientos años (s. XVIII y XIX), sirvieron a su rey en múltiples guerras e incluso se enfrentaron a los franceses. Estas mujeres, casi 6.000, se consideraban esposas del rey y eran entregadas al servicio militar, escogidas de entre las más fuertes y atléticas. Acerca de su coraje y fiereza circularon numerosas crónicas, como por ejemplo, que cortaban la cabeza a sus enemigos y que bebían su sangre, incluso que participaban en sacrificios humanos. 

Matriarcados en tiempos remotos en Madagascar, Senegal, Ghana o Sudán dan prueba de la determinación femenina del continente africano. En el panteón yoruba (Nigeria) hay 11 diosas y Yemaya es la madre de todos; protectora y consoladora, representa la riqueza y, cuando se enoja, las aguas de los ríos se desbordan. Cura la infertilidad de la mujer y de su útero han nacido todos los humanos. 

En la mitología Dahomey, Mawu es la pareja del dios masculino o su parte femenina, asociada al sol y la luna. Ella creó la tierra y toda la vida que existe, además de las semillas de la muerte.

 Mawu de las aguas,  Abena P.A. Busia, Ghana

Las montañas a mis pies

y las estrellas en mis rizos,

me agacho y rasgo las aguas con los dedos,

mira cómo lleno de lagos la cuenca de mis manos .

Me echo por los hombros un chal de océanos

y me transformo

en cascada.

Fluyen de mí los manantiales

y se desbordan los ríos a mis pies,

los arroyos surgen para crear los mares.


Mawu of the Waters

I am Mawu of the Waters.

With mountains as my footstool

And stars in my curls

I reach down to reap the water with my fingers

And look! I cup lakes in my palms.

I fling oceans around me like a shawl

And am transformed

Into a waterfall.

Springs flow through me

And spill rivers at my feet

As fresh streams surge

To make seas.


domingo, 2 de abril de 2023

HOLA DE NUEVO. VUELVO A PUBLICAR.

Hace mucho tiempo que no escribía en el blog. No sé muy bien si debido a las (pre)ocupaciones del trabajo y la familia, la vida frenético digital que llevamos o, simplemente, un decaimiento del interés por escribir un blog que no creo que llegue a muchos lectores. 

Pero aquí me tenéis de nuevo, decidida a continuar el blog, este ya anticuado medio de comunicación, tras un largo lapso de silencio, aunque con un objetivo, si no distinto, un poco más concreto. Tengo el proyecto de publicar una antología de poesía de poetas africanas en lengua española. Para ello tengo que empezar a recopilar de una manera un tanto organizada aquellas poetas que me parecen mejores o más importantes. Creo que es una antología necesaria, ya que existe en otras lenguas, pero no en español. Conocemos "Ellas [también] cuentan: Antología inédita de narrativa breve y poesía de escritoras africanas de expresión inglesa" de Federico Vivanco, pero el relato tiene un papel predominante sobre la poesía y, además, se restringe a escritoras de habla inglesa. También hay una publicación interesantísima que se titula "Las voces del arcoiris. Textos femeninos y feministas al Sur del Sahara" de Verónica Pereyra y Luis María Mora, que compila textos poéticos y en prosa de una enorme calidad.

De hecho, y como no existe una antología en español, voy a basarme para empezar a trabajar en la antología en inglés "African Women's Poetry", editada por Stella y Frank Chipasula en 1995 y publicada por Heineman. A partir de esta antología investigaré para dar a conocer esta poesía de mujeres africanas que es tan poco conocida en lengua española. 

Me sorprende positivamente encontrar antologías de mujeres afrolatinoamericanas, como por ejemplo "Antología de poesía de mujeres afrocolombianas" de Guiomar Cuesta y Alfredo Ocampo, "Tinta, poetisas afrodescendientes", de Uruguay o "Poemas y cantos: antología crítica de autoras afrodescendientes de América Latina", en formato digital. Hay antologías de mujeres afroamericanas como "Legacy: Women Poets of the Harlem Renaissance" de Nikki Grimes o "Afroamerican Poetry: 250 Years of Struggle and Song", de Kevin Young. 

Existe otra antología en lengua inglesa, "An Anthology of New York by African Women Poets" de las editoras A. C. Kalu, J. Makuchi Nfah-Abbenyi y O. Ajayi-Soyinka. "A Rain of Words. A Bilingual Anthology of Women's Poetry in Francophone Africa", de Irène Assiba d'Almeida, es una antología francés-inglés, pero no encuentro ninguna exclusivamente en francés de poetas africanas. Sí que la hay en portugués: "Antología da poesia femenina dos PAOLP (Paises Africanos de Lingua Oficial Portugesa) de Vento del Sur. 

Que no conozca más antologías no quiere decir, por supuesto, que no existan. Solo quiere decir que no se encuentran fácilmente por los cauces sencillos de un "barrido" por google. Seguramente existan en revistas especializadas, artículos académicos o ya descatalogadas. La de hoy es una primera aproximación. Veremos si poco a poco nos sorprendemos con lo que encontramos. Bienvenidos a esta aventura.


lunes, 11 de junio de 2018

Besos invisibles
Si alguna vez alguien
cuando estuvieras dormido
te limpiase las lágrimas
que en sueños derramas;
te ofreciera tiempo
cuando los demás te lo exigen;
te diera un amor infinito
como granos de arena.
Si alguna vez hubiera alguien
al que pudieras llorar;
que reuniera cada lágrima
y las secara de un soplo;
que te ofreciera ayuda
en las montañas del tiempo;
que parase cada puesta de sol
para calmar la mente cansada.
Si alguna vez alguien
cuando tú vas corriendo
retirase las nubes
para que te bañaras en sol;
abriera los brazos
si te cayeras;
te mostrara todo
si tú lo perdieras todo.
Si alguna vez alguien
cuando tú lo hicieras realidad
estuviera allí antes del sueño
e incluso entonces creyera;
limpiara el aire
cuando está lleno de pérdidas;
contara el amor
antes del coste.
Si alguna vez alguien
cuando tienes frío
convocara al aire cálido
para darte la mano;
hiciera las paces
en el aguacero;
hiciera derramar la risa
cuando la lluvia cae.
Si alguna vez alguien
puede ofrecerte esto y más;
en las habitaciones sin llave
puede abrir puertas;
en las puertas abiertas
puede ver campos abiertos
y en los campos abiertos
ver producir cosechas.
Entonces mira tan solo mi rostro
en el reflejo de estas mareas
a través del agua clara
más allá de la ribera.
Solo puedo enviar amor.
en una palabra, este es
un poema y un collar
de besos invisibles.
Lemn Sissay, Etiopía

lunes, 18 de septiembre de 2017

Entrevista
P:
¿Por qué te fuiste?
R:
Me cansé
de ser el ataúd de la habitación
de que me metieran otros ataúdes hasta dentro de la garganta y me preguntaran si podía respirar
de que me metieran lápidas hasta dentro de la nariz y me preguntaran si podía respirar
de portar un ataúd de noticias de lesbianas asesinadas y se suponga que pueda respirar
de la expectativa de que debamos existir como obituarios
de que te cuelguen a media asta y se suponga que puedas respirar
de que escriban de ti como si estuvieras ya muerta.

Los hombres negros y las mujeres blancas
siempre escriben sobre las mujeres negras
como si ya estuviéramos muertas.

Parece que el mundo
no sabe cómo es
una mujer negra andando
cuando aún respira.
P:
¿Por qué siempre asesináis nuestras narrativas con vuestra mirada?
¿Por qué siempre secuestráis nuestras narrativas con vuestra mirada?
¿Por qué siempre intentáis asesinarnos con vuestra mirada?
R:

Interview
Q:
Why did you leave?
A:
I grew tired
of being the coffin in the room
of having other coffins lowered down my throat and being asked if I'm breathing OK?
of having tombstones lowered down my nostrils and being asked if I'm breathing OK?
of pallbearing the news of murdered lesbians and being expected to breathe OK
of the expectation that we must exist as obituaries
of being hung at half-mast and being expected to breathe OK
of being written about as if I am already dead.

Black men and white womxn
always write about black womxn
as if we are already dead.

Seems like the world
does not know what a
black womxn walking
really looks like when she is breathing.
Q:
Why are you always murdering our narratives with your gaze?
Why are you always hijacking our narratives with your gaze?
Why are you always trying to assassinate us with your gaze?
A:

Koleka Putuma (Sudáfrica), "Collective Amnesia", Uhlanga, Cape Town, 2017

sábado, 15 de julio de 2017

Una lengua nativa se desangra
La gente que conoce el Caribe
solo por sus palmeras y mares azul turquesa
me preguntan qué idioma
hablamos en Trinidad y Tobago.
Yo respondo, "inglés".
"Hablamos inglés".

Pero cuando estas palabras se escapan de mis pulmones,
una rabia callada corre tras ellas
abrasando mis entrañas
liberando un resquicio de fuego
y de historia chamuscada.

Sabes,
nuestro inglés no es el inglés
que se habla en los Palacios de Buckingham
en los tés de las cinco.
Nuestro inglés guarda los restos
de las invasiones imperialistas,
el saqueo de mentes y cuerpos,
para arrojarlos en tierras extranjeras para su beneficio.

Y así, para rememorar el idioma de esta tierra olvidada
comenzamos a re-memorar vuestro inglés
infundiendo ritmos rituales entre
los bolsillos de vuestras estrofas.

Hablamos en sílabas cortadas a machete
que derramaban sangre
deformadas y diluidas
por vuestra dicción blanca.
Cantamos con lenguas gruesas
que se rebelaban contra las pronunciaciones anglicanizadas:
los brazos muertos de África
arrojando lanzas fantasmagóricas a cada palabra
mutilando las frases
como las espaldas negras en los campos de caña de azúcar,
deformando su estructura
volviendo a coser los adjetivos y verbos
haciendo de los pronombres comunes objetivo
el aborto del cuerpo
del idioma de la Reina.

Algunos me dicen que algunos trinitenses
suenan como los británicos
pero no importa si es verdad,
me niego a oírlo.
Porque cuando los británicos oyen música
puede que bailen
pero cuando cualquier trinitense oye sonar el tambor
no paramos de bailar a su ritmo.
La música nos exorciza
y rezamos por que con cada gota de sudor
se agote cada ápice de Europa
que aún quede en nuestra piel.
Quizás el meneo y el giro
de caderas y muslos
nos recuerde el dolor
de la contorsión
de nuestras madres fallecidas
cuyas lenguas nativas
se desangraron en el cascote del barco calabozo.

La gente dice que he perdido el acento
tras mi inmersión en las calles de la ciudad de Nueva York
pero no escuchan bien
porque si quitaran la piel de mis palabras
como la carne del amo quemado
en las plantaciones por hombres
que se negaron a ser humillados,
el hedor de la rebelión
invadiría sus pulmones,
impidiéndoles decir otra cosa.

Al contrario que mi tatarabuelo
al que dieron el nombre de Joko,
mi acento es libre.
Viene y va como quiere.
Pero el espíritu de su pasado
me perseguirá hasta la eternidad.
Y hasta que pueda encontrar las palabras
de su dialecto original
para garabatear en su lápida
nunca encontrará un lugar sagrado donde descansar.

Desiree Bailey, de Trinidad y Tobago.
Escucha a la poeta aquí



lunes, 3 de julio de 2017

Elegía africana
Somos los milagros que hizo Dios
para probar el amargo fruto del Tiempo.
Somos valiosos
y un día nuestro sufrimiento
se convertirá en las maravillas de la tierra.

Hay cosas que ahora me queman
que tornan doradas cuando soy feliz
¿Ves el misterio de nuestro dolor?
Que soportamos la pobreza
y somo capaces de cantar y soñar dulzuras.

¿Y que nunca maldecimos el aire cuando es cálido
o la fruta cuando sabe tan bien
o las luces que se deslizan suavemente en las aguas?
Bendecimos las cosas incluso en nuestro dolor.
Las bendecimos en silencio.

Por eso nuestra música es tan dulce.
Así, el aire recuerda.
Existen milagros secretos en juego
que solo el Tiempo producirá.
Yo también he oído a los muertos cantar.

Y me dicen que
la vida es buena.
Me dicen que viva tranquilamente
con fuego y siempre con esperanza.
Existe el prodigio aquí

y hay sorpresa
en todo lo que mueve lo invisible.
El océano está lleno de canciones.
El cielo no es un enemigo.
El destino es nuestro amigo.

An African Elegy
We are the miracles that God made
To taste the bitter fruit of Time.
We are precious.
And one day our suffering
Will turn into the wonders of the earth.

There are things that burn me now
Which turn golden when I am happy.
Do you see the mystery of our pain?
That we bear poverty
And are able to sing and dream sweet things

And that we never curse the air when it is warm
Or the fruit when it tastes so good
Or the lights that bounce gently on the waters?
We bless things even in our pain.
We bless them in silence.

That is why our music is so weet.
It makes the air remember.
There are secret miracles at work
That only Time will bring forth.
I too have heard the dead singing.

And they tell me that
This life is good
They tell me to live it gently
With fire, and always with hope.
There is wonder here

And there is surprise
In everything the unseen moves.
The ocean is full of songs.
The sky is not an enemy.
Destiny is our friend.

Ben Okri, "An African Elegy", London: Vintage, 1992, p. 41