sábado, 31 de octubre de 2015

Se me quiseres conhecer

Se me quiseres conhecer,
Estuda com olhos de bem ver
Esse pedaço de pau preto
Que um desconhecido irmão maconde
De mãos inspiradas
Talhou e trabalhou em terras distantes lá do norte.
Ah! Essa sou eu:
órbitas vazias no desespero de possuir a vida
boca rasgada em ferida de angustia,
mãos enorme, espalmadas,
erguendo-se em jeito de quem implora e ameaça,
corpo tatuado feridas visíveis e invisíveis
pelos duros chicotes da escravatura...
torturada e magnífica
altiva e mística,
africa da cabeça aos pés,
– Ah, essa sou eu!
Se quiseres compreender-me
Vem debruçar-te sobre a minha alma de africa,
Nos gemidos dos negros no cais
Nos batuques frenéticos do muchopes
Na rebeldia dos machanganas
Na estranha melodia se evolando
Duma canção nativa noite dentro
E nada mais me perguntes,
Se é que me queres conhecer...
Que não sou mais que um búzio de carne
Onde a revolta de africa congelou
Seu grito inchado de esperança.

Si me quisieras conocer

Si me quisieras conocer, 
estudia con ojos de ver 
ese trozo de palo-negro 
que un desconocido hermano maconde 
con manos inspiradas 
talló y trabajó 
en tierras distantes allá en el Norte.
Ah! Esa soy yo: 
órbitas vacías en la desesperación 
de perseguir la vida 
boca rasgada y herida de angustia 
manos enormes, agrietadas, 
irguiéndose como quien implora y amenaza, 
cuerpo tatuado de heridas visibles e invisibles 
por los duros azotes de la esclavitud...
torturada y magnífica 
altiva y mística, 
africana de la cabeza a los pies.
Ah! Esa soy yo. 
Si quisieras comprenderme 
ven e inclínate sobre mi alma de africana, 
en los gemidos de los negros, 
en los batuques frenéticos de los muchopes, 
en la rebeldía de los machanganas, 
en la extraña melodía que vuela 
de una canción nacida de la noche.
Y no me preguntes nada más 
si es que me quieres conocer… 
no soy más que un caracol de carne 
donde la insurrección de África congeló 
su grito lleno de esperanza.

Noemi de Sousa, de Mozambique.

domingo, 25 de octubre de 2015

CÁNTICO

Yo no quiero ser poeta 
para cantar a África. 
Yo no quiero ser poeta 
para glosar lo negro. 
Yo no quiero ser poeta así.

El poeta no es cantor de bellezas.
El poeta no luce la brillante piel negra.
El poeta, este poeta no tiene voz
para andares ondulantes de hermosas damas
de pelos rizados y caderas redondas.

El poeta llora su tierra 
inmensa y pequeña
dura y frágil 
luminosa y oscura 
rica y pobre.

Este poeta tiene su mano atada 
a las cadenas que atan a su gente. 
Este poeta no siente nostalgia 
de glorias pasadas. 
Yo no canto al sexo exultante 
que huele a jardín de rosas. 
Yo no adoro labios gruesos 
que saben a mango fresco.

Yo pienso en la mujer encorvada
bajo su cesto cargado de leña
con un niño chupando la teta vacía.
Yo describo la triste historia
de un mundo poblado de blancos
negros
rojos y
amarillos
que saltan de charca en charca
sin hablarse ni mirarse.

El poeta llora a los muertos
que matan manos negras
en nombre de la Negritud.
Yo canto con mi pueblo
una vida pasada bajo el cacaotero
para que ellos merienden cho-co-la-te.

Si su pueblo está triste,
el poeta está triste.
Yo no soy poeta por voluntad divina.
El poeta es poeta por voluntad humana.

Yo no quiero la poesía
que sólo deleita los oídos de los poetas.
Yo no quiero la poesía
que se lee en noches de vino tinto
y mujeres embelesadas.

Poesía, sí.
Poetas, sí.
Pero que sepan lo que es el hombre
y por qué sufre el hombre
y por qué gime el hombre.

DONATO NDONGO-BIDYOGO, GUINEA ECUATORIAL

sábado, 17 de octubre de 2015

EL DÍA QUE PLANTAMOS A PADRE

En abril lo plantamos
en un atardecer fresco y tranquilo
que se balanceaba al borde
de una profunda y oscura eternidad

Las profundas y oscuras entrañas
suavizadas por los aguaceros de abril
(regeneradores, rejuvenecedores)
se abrieron, se lo tragaron
mientras, valientes, cantábamos
y no llorábamos, al menos no entonces

La tierra herida, perturbada y sombría
caía a golpes secos sobre la tapa del ataúd
las duras palas oscilaban despreocupadas
las mujeres aullaban mientras nosotros
valientes, no llorábamos, encendíamos velas
y cantábamos versos comprensivos a
Dios que nos ama y necesitaba a nuestro padre
más que nosotros

Al tercer día,
Padre, como no era Jesús,
no se levantó. Así que ellos
torpemente amortiguaron su pena
en plumas de comida y bebida

¡Cómo le habría disgustado esto a Padre!

Atrapados en la eternidad
de la suave tierra-carne
los tenaces huesos
mientras nosotros, atrapados en la vida
hacíamos luto con rabia impotente
mientras su vida y su memoria
se escurría entre nuestros desesperados dedos -
vestidos con su ropa -

Era abril cuando le plantamos
pero no floreció.

Rosemary Ekosso, de Camerún.

sábado, 10 de octubre de 2015

LA TRIBU DE LOS BOSQUES

Anoche retuve a mi hija en el suelo
extendí sus miembros por el bosque
la acosté allí para descansar
exprimí frutos del bosque en su boca
y dejé que me chupara los nudillos.

entregué  mi hija a un hombre,
ofrenda que me tensó el estómago
de deseo, él extendió los miembros de ella
por el pueblo,
yo rezaba para que ella sintiera algo,
retorcida bajo él como
las mujeres al otro lado de la frontera,
intenté oír su gemido,
pero no oí nada.

mi propio marido entra como una marea
en la humedad de otra mujer
mi lecho marital es un hoyuelo
por el que demoro mi lengua, mi cuerpo nunca ha sentido
el calor, mi espalda nunca se ha arqueado.

anoche entregué mi hija a una barca
puse mis oraciones en la palma de sus manos y
le dije que acallara las lágrimas
las mujeres como nosotras no nos podemos permitir
ser débiles
y mi deseo es diferente al de mi nieta.

mi hija maldecirá mi nombre en un hospital extranjero
donde su débil cuerpo embarazado
será inspeccionado por un médico de labios duros
que preguntará "¿qué le ha pasado a esta mujer?"

dile que tu madre lo tomó
una tribu de mujeres la tribu de los bosques
un filo afilado el hacha
el folklore como religión
pero dile que tu madre no tenía mala intención
y prométeme
que enseñarás a mi nieta
que el deseo no es una vergüenza.

(Poema contra la Mutilación Genital Femenina)

Warsan Shire, somalí
Para escucharla: http://badilishapoetry.com/warsan-shire/
EL ELEFANTE AFRICANO

Escuchen,
escuchen el toque que anuncia
al elefante africano,
tetrarca de la jungla
Observen cuán lento, majestuoso,
avanzan las patas
de las matriarcas, las crías y su macho
mientras enfilan hacia el abrevadero.
Observen qué ternura de la madre por su infante
montando guardia para dejarlo beber hasta saciarse,
revolcándose juntos
en el protector y glorioso cieno,
señalando luego la vía de vuelta
a la rutina cotidiana
de reducir la selva tropical a sabana.
Observen la plegable trompa multipropósito:
su herramienta de cavar
y cuchillo cosechero,
su conducto de agua y arma de batalla,
su órgano para oler y para agarrar el mundo.
Ponderen entonces la paradójica maldición de sus colmillos gemelos:
desde tiempo inmemorial substancia de ornamentos inmortales.
Aun desde la aurora del saqueo imperial de África
para exportar almas humanas - marfil -
la maldición del elefante africano -
para proveer culturas exóticas
de teclas de piano y bolas de billar.

Timothy Mangusa, Uganda.
Puedes escuchar al autor en: http://www.festivaldepoesiademedellin.org/es/Multimedia/wangusa.htm

domingo, 4 de octubre de 2015

DAMA DE LA MAÑANA

No recuerdo su rostro
pero la cicatriz de su mejilla
me sigue a todas partes.
Como las fronteras coloniales,
no tenía ningún sentido.
No vio mi rostro ni quiso verlo.
Habían colocado su cuerpo,
como África, sobre una mesa.
Desnuda por la pobreza,
le habían robado la lengua.
Su nombre podía ser Arrah, Bih o ninguno.

Ella abrió todo un pozo de diamantes.
Yo intenté apropiármelo todo,
tan solo dejé el sudor, los plañidos, la cultura, el lenguaje y yo qué sé qué más.

No era una mujer nocturna,
era una dama de la mañana,
la cara lavada,
la cicatriz maquillada.
Estaba preparada para otro
reparto de África.

Joyce Ashuntantang, de Camerún.
Podéis escuchar el poema recitado por la autora en: https://www.youtube.com/watch?v=He1xy59cApg