Un poema de amor para mi país
para James
No tengo otra cosa que darte que mi rabia
Y los filamentos de mi odio atraviesan la frontera.
Tú, tú has vendido a muchos y a mí al exilio.
Ahora trasquilado de mentes preciosas, sólo cuentas
Con lo que las manos pueden hacer para construir tu ruinosa imagen.
Tus calles están paridas de hombres esposados
Y los tambores resuenan con las botas claveteadas de los guardias.
Te retuerces de agonía mientras los terribles gemelos, ley y orden,
Dictan la melodía por los densos túneles del alambre de púas.
Aquí, semana tras semana, los muros se disuelven y son tenues
La niebla se aclara y te vemos desnudo como
Un cuerpo que se empeña en encontrarse y no puede
Y nuestros corazones retumban con latidos de deseo o de miedo
Y nuestros sueños son capítulos quemados de tu historia.
Mi país, recuerda que no pestañeé ni me dormí
Mi país, nunca dejé que tu vida rodara cuesta abajo
Ni te miré pasivo, como a un auto manejado a lo loco,
Correr hacia el desastre, mientras el conductor lo abandonaba.
Los días han perdido su canción y su sal.
Nos sentimos hastiados sin nuestra risa y nuestra voz libres.
Cada día pensando lo mismo y descartando nuestras esperanzas.
Tus días son un metálico escándalo de grilletes
En los brazos de los hombres mientras son llevados a la ruina.
Sé que un día llegará para lavar mi pena
Y surgiré de la noche rompiendo en una canción
Como el sol, haciendo estallar estas pérfidas estrellas.
Y los filamentos de mi odio atraviesan la frontera.
Tú, tú has vendido a muchos y a mí al exilio.
Ahora trasquilado de mentes preciosas, sólo cuentas
Con lo que las manos pueden hacer para construir tu ruinosa imagen.
Tus calles están paridas de hombres esposados
Y los tambores resuenan con las botas claveteadas de los guardias.
Te retuerces de agonía mientras los terribles gemelos, ley y orden,
Dictan la melodía por los densos túneles del alambre de púas.
Aquí, semana tras semana, los muros se disuelven y son tenues
La niebla se aclara y te vemos desnudo como
Un cuerpo que se empeña en encontrarse y no puede
Y nuestros corazones retumban con latidos de deseo o de miedo
Y nuestros sueños son capítulos quemados de tu historia.
Mi país, recuerda que no pestañeé ni me dormí
Mi país, nunca dejé que tu vida rodara cuesta abajo
Ni te miré pasivo, como a un auto manejado a lo loco,
Correr hacia el desastre, mientras el conductor lo abandonaba.
Los días han perdido su canción y su sal.
Nos sentimos hastiados sin nuestra risa y nuestra voz libres.
Cada día pensando lo mismo y descartando nuestras esperanzas.
Tus días son un metálico escándalo de grilletes
En los brazos de los hombres mientras son llevados a la ruina.
Sé que un día llegará para lavar mi pena
Y surgiré de la noche rompiendo en una canción
Como el sol, haciendo estallar estas pérfidas estrellas.
Por Frank Chipasula (Malawi)
Traducción de Omar Pérez en https://400elefantes.wordpress.com/
La voz del poeta en el Festival de poesía de Medellín en https://www.youtube.com/watch?v=xmtvybcz-vo
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